29/7/10

Un apunte sobre "Educar en Valores"

La carencia de valores. Hay que educar en valores. Se han perdido los valores... bla,bla,bla con la urgencia de los valores a restituir... ¡Y vuelta la burra al trigo!
Me huele a mí que ésta debe ser otra de las múltiples burras bien vendidas desde el nutrido mercado de falsas terminologías en alza.
Vamos a ver. Consulto diccionarios y deduzco que un individuo con ciertas virtudes morales, integradas en su ser y que las canaliza y manifiesta en sus acciones cotidianas, puede (o no) valorar esas virtudes en su propia persona o en las demás porque, viviéndolas, también es capaz de transmitirlas y de reconocelas en los demás. Entonces puede valorarlas. Eso son sus valores.
En consecuencia, puesto que no se puede generar nada que no se haya canalizado, no se pueden transmitir valores, lo que se puede transmitir son virtudes - si uno las tiene - y si no, nada, ni lo uno ni lo otro.
Transmitir "valores" vendría a ser algo así como pretender obligar al otro a que se convenza (porque te lo digo yo) del enorme valor de un huevo por su cáscara; desconociendo si el otro sabe, siquiera, lo que es un huevo, con su clara y con su yema; si lo ha cascado, cocinado o saboreado alguna vez; si conoce su procedencia, si sabe que del huevo puede nacer un pollito, etc., etc.
Por otra parte, no conviene olvidar preguntarse si toda esta experiencia cognitiva la tiene el pretendido transmisor de valores ovoides, porque si no es el caso y por mucho que se empeñe, no transmitirá nada: ni virtudes ni valores.
Algunas acepciones halladas en el diccionario:
Sobre Virtudes:
Integridad de ánimo y bondad de vida.
Cuatro virtudes: prudencia, justicia, fortaleza y templanza; que son el principio de otras en ellas contenidas.
Sobre Valores:
Grado de utilidad o aptitud de las cosas para satisfacer las necesidades o proporcionar bienestar o deleite.
A mi entender, el proceder que parte del dentro a fuera, puede desembocar en educación. El proceder que parte de fuera y permanece insistentemente en la superficie formal, no pasa de ser un vano intento de domesticación. En muchos casos, además, se trata de intentos, cuando menos, tramposos, si no engañosos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vaya, hacía tiempo que no veía escrito mis pensamientos...
aquí me quedó pues para leerte.