Muchas son las efemérides relativas a la literatura que se celebran en 2016. Pero dedicaremos esta entrada a dos especiales aniversarios directamente relacionadas con la infancia; ambos autores británicos.
Es, sin duda, una destacada celebración la del centenario del nacimiento de Roald Dahl; un autor que, a 100 años de su nacimiento, necesita pocas presentaciones.
Roald Dahl (13.9.1916 - 23.11.1990) |
Internacionalmente conocido por su obra destinada a la infancia (aunque también por sus publicaciones para adultos), su bibliografía es extensa. Muchas de sus obras han sido llevadas al cine; algunas -como Charlie y la fábrica de chocolate-, en más de una ocasión: la dirigida por Mel Stuart (1971) y la de Tim Burton (2005). Además de Las Brujas, Matilda, James y el melocotón gigante...
Para este mismo año, se anuncia ya el estreno de El Gran Gigante Bonachón, esta vez de la mano de Steven Spielberg.
Ilustración del inseparable Quentin Blake |
Un gigante que recuerda mucho a su propio creador. Enorme y con grandes orejas de sensible oído, les reparte sueños a los niños y tiene una peculiar y divertidísima forma de hablar. Se trata, para Roald Dahl, de una de sus obras preferidas; pero, además de las ya mencionadas, habría muchas más que citar:
La maravillosa medicina de Jorge; Los Cretinos; Cuentos en verso para niños perversos; Danny campeón del mundo; El dedo mágico; ¡Qué asco de bichos!; El enorme cocodrilo; El Superzorro; La jirafa , el pelícano y el mono; Charlie y el gran ascensor de cristal; Boy (relatos de infancia)... y unas cuantas más.
Prácticamente en toda su obra, Dahl apuesta con férrea confianza por el personaje de la niña o el niño protagonista. Éstos suelen estar rodeados de adultos perversos, malvados y villanos que odian o tratan mal a los niños y no los entienden en absoluto. Sin embargo siempre aparece alguna excepcional figura adulta que empatiza con el niño/a y lo ayuda. Esta fórmula se evidencia ya en el guión de su autoría para la película Chitty Chitty Bang Bang de 1968. Y no es difícil de entender esa característica del autor si se leen sus relatos autobiográficos de infancia en "Boy".
2016 todavía nos ofrece muchos meses para homenajear, disfrutar, imaginar y reírnos con la extensa obra del gigante Roald. Pero si decidimos continuar haciéndolo en años sucesivos, nada nos lo impide.
El otro más que centenario aniversario de una autora dedicada a la infancia es el de los 150 años del nacimiento de Beatrix Potter (1866 - 1943).
Escritora e ilustradora inglesa de inconfundible sello por los delicados dibujos de animalitos para sus fábulas: ratones, ranas, gatos, ocas... y, especialmente, conejos como su célebre Peter Rabbit.
Lo lamentable de esta celebración y que, quizá por ello, exige un mayor
reconocimiento a Beatrix Potter, es la suerte que corrió esta mujer precisamente por eso, por ser mujer.
Hija de una familia muy adinerada que vivía de rentas, no se le permitió desarrollar sus amplias capacidades intelectuales, relegándola al cuidado del hogar. Beatrix era una apasionada observadora de la naturaleza y tenía pioneros conocimientos de micología que nunca le permitieron publicar por ser mujer. Por el mismo motivo se le cerraron todas las puertas a estudios e instituciones botánicas. Cuando se animó a publicar sus relatos ilustrados de Peter Rabbit, también tuvo que luchar con tesón para lograr encontrar un editor que accediera a ello (por ser mujer).
Sólo pudo casarse a los 47 años, pues sus padres se oponían a que contrajese matrimonio con cualquiera que necesitara trabajar para vivir.
La única alternativa a lo largo de su vida fue la profunda observación y cuidado de la naturaleza y escribir 23 libros que consiguió publicar en pequeño formato de fácil manejo para manos infantiles.
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