A la suma de recortes en Educación, ahora resulta que en muchos centros se aplica el recorte del recorte ¡?!
No quisiera ser irrespetuosa con nadie, simplemente es que no lo entiendo.
Determinados colectivos de docentes, ante la situación del sistema educativo, las reducciones de salarios, impedimentos y limitaciones impuestas, vienen decidiendo - y llevando a la práctica -, medidas que, a mi entender, resultan bastante injustas, absurdas e incluso irresponsables. Se me asemeja a algo así como "¡Pues ahora me enfado con los más débiles! ¡Se acabaron las actividades lúdicas, culturales, de animación... También los viajes y cualquier actividad formativa que resulte placentera! ¡Se van a enterar!"
Pero ¿quién se va a enterar? ¿Los responsables de esta "crisis" educativa? No, todos menos ellos.
La medida descarga como una tormenta sobre compañías de teatro y de transporte, sobre granjas-escuela, cuentacuentos, animadores culturales... Y, ante todo, sobre el alumnado. ¿Y qué culpa tiene el alumnado?
Recae sobre múltiples pequeños negocios, autónomos o trabajadores por cuenta ajena que bastante canutas se las estaban viendo ya para sobrevivir antes de encontrarse con estas medidas. Y ¿qué responsabilidad tienen ellos sobre estos recortes? ¿Y los escolares? ¿Qué culpa tienen los escolares?
He visto centros en los que se ha retirado drásticamente de las paredes cualquier trabajo creativo elaborado por los niños, dejando muros desnudos y desoladores. Centros donde se ha "castigado" al alumnado sin viaje de fin de curso, sin fiesta de carnaval, sin encuentros con autores literarios, sesiones de cuentacuentos o salidas al teatro.
¿Qué sentido tiene todo esto? ¿Me lo puede explicar alguien?
Sinceramente, me parecería más congruente que el profesorado se negara a entregar a la Administración Pública las ingentes cantidades de "burocracias" estúpidas con las que se les machaca a trabajar elaborando una documentación que no sirve a nadie para nada. Trámites puramente formales y sin sentido, parches de escaparate, programaciones inútiles, supuestos planes de formación prefabricados y superficiales, puesta en marcha de nuevas tecnologías como puro continente carente de contenidos, imposición de tecnologías que no funcionan (máxime si los presupuestos obligan a cortes de luz)... Y multiples formalidades inoperantes que restan una enormidad de tiempo; un tiempo que debería invertirse directamente en la atención al alumnado, preferiblemente, de la manera más motivadora, lúdica y cultural posible.
¿Y qué culpa tiene el alumnado?
¿Me lo puede explicar alguien?
12 comentarios:
TOTALMENTE DE ACUERDO
SE PUEDE PROTESTAR ENSEÑANDO AQUELLO QUE SE HACE, DE UNA MANERA CONSTRUCTIVA...
LA BUROCRACIA EDUCATIVA, TAL COMO SE ESTA LLEVANDO A CABO...RESTA HORAS DE REFLEXIÓN, HORAS DE ATENCIÓN REAL AL ALUMNADO...
Y TIENES RAZÓN, NO VEO A NADIE PROTESTANDO POR ELLO...
UN ABRAZO
En fin Ana Luisa, no puedo estar más de acuerdo contigo, por añadir algo, simplemente decir si alguien se va a hacer responsable cuando el tejido cultural valenciano se vaya a tomar viento.
Totalmente de acuerdo, pero además señalo una cosa. No podemos contaminar a una generación de niños por los defectos y errores de otra. Al cargar armas con los pequeños les involucramos en un problema del que se deben mantener prudentemente al margen. Ellos deben seguir pensando que se pueden hacer las cosas de otra manera y no crecer en el pesimismo y en lo torticero y cochambroso de nuestras propios complejos. Los hacemos crecer con nuestro fantasmas, condicionando así su forma de ver el mundo. El mundo no debe ser Disney, pero tampoco la trampa pegajosa en la que se está convirtiéndo esto.
Agradezco mucho vuestros comentarios y me alegra comprobar que hay más personas que "no lo entienden". Pero resulta que, en menos de 24 horas, esta entrada ha tenido un centenar de visitas, he recibido más comentarios vía facebook y correo electrónico, pero ni uno solo de alguien que esté en desacuerdo y argumente el porqué de estas medidas. ¿Es que no hay argumentos? ¿Por qué? ¿Por qué? Me gustaría entenderlo...
Pues yo soy de los que están llevando a efecto esta medida, pese a que me duela. Estoy harto de que todo tenga que hacerse desde los colegios; que si cada vez se bebe antes, que si se fuma o se toman drogas, el sexo, etc, que se dé en los colegios e institutos. Y ¿dónde queda la responsabilidad paterna? A mi hija la he educado yo, con la inestimable ayuda de profesores y maestros, pero los valores se los he inculcado yo como padre. Ahora que los políticos pretenden que seamos también nosotros los que arreglemos la crisis (al menos la paguemos) y comienzan a recortarnos, ¿qué es lo primero que escuchamos en la sociedad (formada por los padres de nuestros alumnos)? "Ya es hora de que les metan mano a estos vagos, que sólo quieren vacaciones", y cosas similares. Pues ya es hora de se nos valore como creo merecer, tanto por las familias, como por los políticos o por la sociedad en general. Que protesten por lo que nos hacen, no por lo que hemos dejado de hacer.
Podrá entenderse como una pataleta, pues sí. Pero ante tanto abuso, me limito a realizar mi cometido, eso sí, lo mejor que puedo.
Muchísimas gracias por tu comentario aunque sea anónimo. Porque mi intención ante este tema no es crispar ni crear enfrentamientos personales, sino entender. Y entiendo que, no sólo tú, sino los docentes en general, estéis (estemos) hasta las narices de tanta sobrecarga, soledad y descrédito, pero también entiendo que no es la mejor opción reaccionar de forma visceral arremetiendo a ciegas contra cualquiera. Y entiendo que, ante una situación así, lo peor que se puede hacer es crear aún más división, crispación y enfrentamientos, porque eso supone seguir haciéndole el juego a los verdaderos responsables de estas "crisis".
Pregunto: ¿No sería, por ejemplo, más efectivo aliarse con los padres para hacer frente común y, de paso, que ellos tomaran consciencia en directo de lo que supone hoy en día ser docente? ¿No sería más constructivo, por ejemplo, sacar las aulas a la calle en alianza y colaboración con el alumnado y sus familias e invitar a los transeúntes (¡que también son modelo educativo!)a leer o participar en actividades culturales y formativas junto con los niños? Son sólo ejemplos, pero sin duda, si hay algo de lo que cada vez estoy más convencida, es de que las luchas y reivindicaciones no se alimentan de la división, sino de la suma; una suma que acaba siendo multiplicación.
No estoy en absoluto de acuerdo con el anónimo. Es evidente que la educación depende de los padres, pero ¿que pasa con esas familias desestructuradas? La única forma de salir de su ambiente y conocer otra vida es a través del colegio. Ojalá que los padres, todos, tomaran conciencia de su papel, pero la función de un maestro es fundamental en todo lo que sea aprender, no limitándose sólo a los currículos.
En cuanto a la medida en cuestión perjudica a terceros, yo soy médico, estoy en la pública y dentro de un mes se me acaba el trabajo debido a los recortes, pero no por eso voy a dejar de hacer mi trabajo, si protesto no lo va a pagar el paciente.
Efectivamente ¿No será más bien a los currículos impuestos a lo que hay que plantar cara? Eso exige responsabilidades a los de arriba y no a los de abajo o a los de al lado.
Sin duda, la labor docente, como la sanitaria, es hoy enormemente compleja y, por lo tanto, requiere mucha paciencia, mucho pensar y mucha imaginación. No se le hace ningún favor con reacciones viscerales. Nada de lo verdaderamente importante se soluciona en un ratito de un plumazo.
No, claro, el mundo no se hizo en dos días. Parece además que el deseo de los gobernantes sea tener una población cuanto más ignorante mejor. Una buena medida de protesta sería crear una generación de librepensadores, una generación más culta y más preparada. Que no dependa de las editoriales para saber. Que aprendan a sacar sus propias conclusiones. Pero parece que no van por ahí los tiros. ¿Que le vamos a hacer?
¡Totalmente de acuerdo!
Y no van por ahí MUCHOS de los tiros, pero también los hay que SÍ van por ahí; es a ésos a los que hay que atender.
Gracias por tus comentarios
Hola, soy Anónomo, me llamo Paco y no tengo reparos en ponerme nombre, si comenté como anónimo fue por comodidad.
Quiero aclarar alguna cosa:
-En mi instituto tenemos el apoyo de los padres, no ha habido ninguna confrontación.
-La actividades que ya estaban en marcha y que suponían algún gasto ya realizado o ingreso, por algún proyecto específico, no se han eliminado. Sólo se han dejado las futuras.
-Seguimos un curso de perfeccionamiento en el centro que, como estaba empezado, no quisimos dejar.
-El dejar de realizar actividades extraescolares o extracurriculares es una más de las medidas adoptadas, no la única.
-Somos educadores además de enseñantes, luego no nos vamos a limitar a "seguir un libro". Ya dije que haríamos nuestro trabajo lo mejor que sabemos.
-Concha parece dar a entender que vamos a dejar de hacer nuestro trabajo. No, es que mi trabajo no exige que sea yo quien saque a los alumnos de excursión, que haga de animador cultural, que prepare fiestas, que haga de padre, de hermano mayor, de asistente social, etc. Siento que pierda su trabajo, pero yo no abandono a "mi paciente" tampoco.
Lo que tengo muy claro es que todo lo que está pasando, a quien más va a beneficiar es a la privada y a la concertada (con los que ya han cubierto deudas, por cierto).
Os deseo lo mejor.
Gracias de nuevo, Paco. Agradezco tus argumentos y me consta que esto no es tan simple como elegir entre blanco o negro; por eso me parece interesante crear debate y acercar opiniones diversas.
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