Caminando por el bosque de los sueños, el grupo de 4ºB de Alborache descubrió un curioso libro: "Soñario", de Javier Sáez Castán. Y entre todos decidieron soñarlo y jugarlo pues, como dice el propio autor, se trata de un libro-juguete.
El experimento parecía sencillo, pero con los sueños ya se sabe: las cosas no son lo que parecen. Sin embargo - ya lo advertía Rodari -, los errores son creativos y de ellos se aprende un montón. Así que fruto del ensayo-error-ensayo-error, nació El Portal de los Sueños.
Los personajes oníricos tan pronto son esto como lo otro y predicen lo que les da la real gana.
Los personajes oníricos tan pronto son esto como lo otro y predicen lo que les da la real gana.
De este modo fueron creciendo y multiplicándose los extraños seres soñados entre no pocas dificultades técnicas y sintácticas. Hasta que un día entré en el aula y...
- ¡¡¡¿Sabéis qué?!!!
- ¡¡¡¿Sabéis qué?!!!
Este fin de semana voy a ver a Javier Sáez Castán.
-¡Anda ya! - dijeron a coro. Y Fede, con gravedad y gesto muy serio, añadió tajantemente:
- Yo no me lo creo.
Veredicto que contagió masivamente al grupo.
Insistí, prometí, pero las dudas no terminaban de despejarse.
- Bueno, ¿qué tengo que hacer para que me creáis? Le pediré un dibujo para vosotros, uno dedicado.
- Lo puedes hacer tú, sentenció Fede.
- ¡¡¡Una foto!!! - Exclamó alguien. Nos tienes que traer una foto tuya con él.
- De acuerdo, me haré una foto con él y os la traeré.
Y rápidamente se lanzaron en tropel a Internet a registrar la fisionomía del autor.
¡Lo conseguí! Javier vio El Portal de los Sueños, le añadió un ilus-tra-dor soñado y dedicado y, con toda amabilidad, se prestó a posar para la foto.
IN - CRÉ - DU - LOS
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